Pellet en Castilla y León
PELLETS EN CASTILLA Y LEÓN
Castilla y León es líder nacional en la fabricación de pellets, pues aporta el 20 por ciento de la producción nacional con siete plantas que pueden alcanzar las 160.000 toneladas al año, a las que se suman otros tres centros de elaboración de briquetas (bloques sólidos de madera). Más de la mitad de la producción regional procede de Burgos, la primera provincia de España, con 90.000 toneladas al año.
Las siete instalaciones de pellets están en Huerta del Rey, Villazopeque y Doña Santos, en la provincia de Burgos; El Sahúgo, en Salamanca; Cabrejas del Pinar, en Soria; y en el vivero forestal central de la Junta y una instalación en Pedrajas de San Esteban, estas dos últimas en la provincia de Valladolid. Las tres instalaciones de fabricación de briquetas se encuentra en el propio vivero forestal e Íscar (Valladolid) y en Duruelo de la Sierra (Soria).
La Junta de Castilla y León destaca que la Comunidad es un “referente nacional” en la generación de energía a partir de biomasa global, al tratarse de la primera comunidad autónoma con mayores recursos y la mayor comunidad en superficie agrícola y forestal (el 51 por ciento del territorio autonómico es forestal). Además de ser líder nacional en pellets, este gran potencial situá a la región en los primeros puestos en producción de biomasa biotérmica, con más de 600 instalaciones y la séptima posición en generación eléctrica.
Así, Castilla y León ocupa la séptima posición en el conjunto de España en cuanto a generación eléctrica, con 12 instalaciones que producen 25 megavatios eléctricos (MWe) de potencia. Destaca la decena de plantas de biogás, con una potencia acumulada de cinco megavatios, asociadas a los centros de tratamiento de residuos sólidos urbanos en los que hay instalado un digestor que genera biogás con el que se genera la electricidad y calor utilizado en el proceso.
Existe un equipo experimental de generación eléctrica mediante gasificación (100 kilovatios) ubicado en una planta en la localidad de Mojados (Valladolid) y dependiente de Cidaut, y dos plantas que utilizan biomasa sólida y acumulan 20 megavatios eléctricos de potencia. Se trata de la planta de Talosa, en Soria, con subproducto forestal en régimen de cogeneración, y otra planta en Briviesca, Burgos, que utiliza paja como biocombustible. Además, avanza el proyecto de Gestamp de 15 MWe en Soria.
600 instalaciones de bioenergía
La comunidad también mantiene un pulso relevante en el aprovechamiento térmico de la biomasa, con 600 instalaciones registradas que suman una potencia de 217,5 Mwt (megavatios térmicos), según los datos del Observatorio Nacional de Calderas de Biomasa que gestiona Avebiom. La biomasa sólida para uso térmico es utilizada por la industria de la madera para sus secaderos, instalaciones del sector agroganadero, desde deshidratadoras de forrajes, innumerables explotaciones de porcino y avícolas, invernaderos para producción agrícola y forestal, entre otras.
La industria agroalimentaria también utiliza la biomasa, principalmente bodegas, industrias lácteas, mataderos y salas de despiece, envasadoras de legumbres, entre otras. Junto a ellos, el sector del ocio, relacionado con hoteles y casas rurales. En edificios públicos existen también numerosos ejemplos: escuelas, polideportivos, piscinas y edificios administrativos.
Generación de biocarburante
La Comunidad cuenta también con cinco instalaciones de producción de biocombustible líquido para biocarburantes. Una planta de bioetanol está ubicada en Salamanca con una capacidad de 100.000 toneladas al año de producción que trabaja en la producción experimental de biocarburantes de segunda generación. Las otras cuatro, en este caso de biodiesel, están en Palencia, Valladolid y dos en Zamora.
La Junta recuerda que el Plan de Bioenergía prevé impulsar el consumo energético de biomasa hasta alcanzar el objetivo de que el ocho por ciento del consumo energético de Castilla y León se cubra con este material. El Plan está vigente hasta el año 2020 y alcanza un grado de cumplimiento en cuanto a instalación de potencia térmica del 50 por ciento.
Se trata de un “plan pionero, único en España”. En Europa sólo hay 13 estados y 10 regiones que cuenten con un programa “semejante”. Es una “apuesta” por la biomasa forestal mediante el impulso del sector de la bioenergía, del aprovechamiento energético de la biomasa, de la movilización de productos forestales con destino energético, de plantas industriales para la producción de energía en base a biomasa y de la biomasa forestal con fines térmicos como combustible alternativo al gasoil.
Para ello, además del Plan de Bioenergía, la Junta impulsa el Programa de Movilización de Recursos Forestales y el Programa para la implantación de calderas de biomasa en edificios públicos.
Cambios de caldera
También destaca la Junta el programa de implantación de calderas de biomasa en edificios públicos, que pretende mejorar la eficiencia energética con un ahorro entre un 20 y un 30 por ciento en costes de combustible, implantar energías renovables, “convertirse en una acción ejemplarizante para el desarrollo de la biomasa con fines térmicos en la Comunidad y favorecer la actividad, crear empleo en el mundo rural y mejorar nuestras masas forestales”.
Esta actuación, con 58 millones de euros de inversión y más de 200 actuaciones, consiste en la sustitución de calderas de gasoil por calderas de biomasa en centros públicos sanitarios, educativos y de servicios sociales en el mundo rural.
Actualmente, están en ejecución cuatro centros públicos (Instituto de Roa de Duero, Colegio Pedro I en Tordesillas, el Centro de Salud de Medina de Rioseco y el ITACyL). También están en fase de ejecución o próximo a ello las mejoras en la red de calor del Ayuntamiento de Cuéllar (Segovia), dos centros en León, otros dos en el Barco de Ávila, diez centros dependientes del
Ayuntamiento de Palencia y la residencia Fuentes Blancas, en Burgos.
Además, en el Campus Miguel Delibes de la Universidad de Valladolid se ha iniciado la obra del ‘District Heating’ (calefacción de distrito), una red de distribución de energía térmica alimentada con biomasa, que transcurre por las vías urbanas y proporciona agua caliente sanitaria y calefacción inicialmente a 23 edificios de la entidad académica, tres edificios del Ayuntamiento de la capital y cuatro de la Junta.
Esta iniciativa supone un ahorro en la factura energética del 35 por ciento en los 15 años del proyecto, más de 12 millones de euros en ese período y 6.000 toneladas de CO2 al año que se dejan de emitir a la atmósfera. Se despliegan dos redes de calor (una para el campus y otra para el resto de edificios) con una longitud total de 12 kilómetros, la más larga de España de estas características. La red se distribuye desde el Campus Miguel Delibes hasta el edificio de Ciencias de la Salud (Facultad de Medicina y EU de Enfermería), en pleno centro de la ciudad.